Ayer pasé por los antiguos estudios Tablada, en Navalvillar, en Colmenar Viejo (Madrid). Allí se rodaron películas como “El Bueno el Feo y el Malo”, “55 días en Pekín”, “Espartaco”, “El Cid”, una infinidad de películas de cuando Colmenar tenía una auténtica industria cinematográfica cediendo a los americanos sus tierras. En el libro “Un lugar para el cine” de Víctor Matellano (sí, el mismo que dirige WAX o VAMPYRES) podéis encontrar toda su historia con fotografías de la época en pleno rodaje.
El otro día estando allí, me entró una especie de nostalgia de algo que ni he vivido, pero que simplemente por el hecho de saber que allí se rodaron esas películas, o que el mismísimo Kubrick pisó esa tierra cuando filmó Espartaco, me hace tener esa sensación.
Cuando leo el libro que he mencionado, y descubro esos paisajes que tan familiares me son... y lo contrasto con las historias que mi padre contaba cuando él mismo, junto con todo un pueblo, hacían de extras en esas películas… buuufffff es algo indescriptible. Saber que en las batallas de indios y vaqueros, que en las batallas de romanos, todos esos soldados no saben ni papa de inglés, que son ¡colmenareños! me alucina sobremanera.
Los estudios han desaparecido, todo se llevó a Almería, Canarias, y ahora los platós son sólo lugares de almacenaje de no sé qué exactamente. Pero que duda cabe que el recuerdo de quienes vivieron esa época permanecerá siempre en sus memorias como las tierras de cine de Colmenar, esas que algún día dieron vida al pueblo. ¡Qué grande debió ser!
No hay comentarios:
Publicar un comentario