Los cortometrajistas que llevamos mucho tiempo realizando cortometrajes hemos tenido siempre la necesidad de hacer un largometraje, pero el tiempo pasa y las ganas se rebajan considerablemente con el paso de éste. La vida se encarga de que tu lucha no sea tan ferviente, y las situaciones del día a día van señalando el camino a recorrer en según que etapa de la vida… y salir del camino no es fácil (“No easy way out” – Rocky).
Puede ser que cuando llevas 10 años realizando cortos te acostumbres a algo que es factible, a algo que sabes que en cosa de 3 meses, un año o tal vez 3 lo vayas a tener listo para ser enseñado al mundo y poder recoger los sembrado en poco tiempo… Hacer un largo sin productora, con todo el esfuerzo que conlleva, y sabiendo que hay una posibilidad entre un millón de que esa película te vaya a dar la oportunidad de dedicarte al cine profesionalmente, es algo desalentador…. Por eso se requiere de tenacidad para seguir adelante.
Por otra parte muchos cortometrajistas conocidos de antaño, tienen hijos… formalizan sus vidas y el tiempo es mucho más reducido… también la ilusión se trasfiere directamente a la nueva situación, a tu nueva condición de padre de familia…. Es sólo uno de los motivos por los que la lucha pasa a un segundo plano, pero hay muchos otros.
Hacer cortos durante muchos años puede convertirse en un hobbie pasional y adictivo. Concursar en festivales y llevarte premios es garantía segura de ir a por el siguiente, una droga que no te deja dedicar tiempo a un largometraje… “¡quiero un chute y lo quiero ya!”, esto no pasa con un largo, no es inmediato su fruto, y esto desespera.
También puede ocurrir que no se te pasen las ganas de contar una historia de 2 horas, y que asumiendo que jamás serás un director de cine profesional, prefieras contar historias cortas que satisfagan tu sed creativa… esto es algo muy normal, pues a día de hoy rodar un corto puede salir muy barato… o muy caro, depende de tus ambiciones técnicas.
Este estado de confort no es para nada malo… puedes contar tus pequeñas historias y apuntar a la vez a algún sitio que pueda catapultarte al largo por medio de: internet, algún festival de los gordos, o quien sabe…. Ya son muchos los cortos que han catapultado a directores consagrados… e internet es una catapulta mucho más eficaz que cualquier ceremonia de los Goya… está comprobado.
La reflexión viene porque en mi vida hay aún cosas que debo hacer, y son mucho más prioritarias que realizar un largometraje… esto me hace reflexionar y meditar bien como organizar mi tiempo de vida…. Tal vez a vosotros os pase lo mismo.
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